Existen múltiples factores que se pueden ver afectados por la falta de energía en nuestro organismo. El desánimo, cansancio extremo o el poco rendimiento se evidencian con facilidad, convirtiéndose en nuestro peor obstáculo para poder cumplir con las rutinas diarias.
Tomar conciencia a tiempo de la importancia de mantener estos niveles de energía puede evitar un declive en nuestra salud, garantizando una sensación de bienestar que se pueda prolongar en el tiempo.
Para realizar los cambios adecuados que se ajusten a nuestras condiciones y necesidades, es recomendable consultar con un especialista. Una dieta personalizada, rutinas periódicas de ejercicio y tomar carbohidratos como suplemento, pueden ser algunas de las alternativas más viables para conseguir la mejoría que buscamos. En este artículo vamos a revisar los factores más importantes que pueden motivarte a regular de manera correcta los niveles de energía a través de dieta y hábitos sanos.
¿Por qué necesitamos energía?
La energía es un término que suele estar asociado al movimiento, dinamismo y actividad. En el caso del organismo, es precisamente esto lo que buscamos al ingerir alimentos que sean capaces de aportar aspectos positivos a su funcionamiento. A través de una dieta correctamente estructurada, somos capaces de desarrollarnos, movernos, pensar y poder tener una vida normal.
Nuestro organismo está conformado por una gran cantidad de reacciones metabólicas que deben ser estimuladas y activadas por esas dosis de energía provenientes de diferentes tipos de alimentos. En gran medida, parte de la energía que necesitamos proviene de la oxidación de los ácidos grasos y la glucosa presente en los azúcares, por lo que, es fácil sentirnos reanimados cuando ingresamos este tipo de elementos a nuestro cuerpo.
Cuáles son las principales fuentes de energía
Conociendo de donde proviene el combustible que necesitamos para poder desarrollar nuestras tareas con normalidad, tener un día productivo y no terminar el día completamente exhausto sin ni siquiera saber por qué, nos ayudará a planificar nuestros hábitos.
Principalmente, la energía proviene de 3 piezas claves, que son: los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Podemos acceder a estos elementos a través de suplementos energéticos que complementen nuestra dieta, o conseguirlos directamente en la comida.
Veamos un poco cuál es la importancia de estos tres pilares fundamentales para conseguir un correcto equilibrio energético:
- Hidratos de carbono: Asimilar los carbohidratos puede variar según la composición y la proveniencia de los mismos. Algunos de los más conocidos son: el almidón, glucosa y fructosa; y es necesario evaluar cuál es el momento del día más adecuado para consumirlos. En caso de que quieras llevar una alimentación rica en hidratos de carbono, puedes recurrir a la fruta, los lácteos, cereal, o acceder a suplementos de laboratorios certificados con supervisión de tu médico o nutricionista.
- Grasas: Aunque las personas que buscan un estilo de vida más sano suelen tenerle un poco de temor a las grasas, estas son esenciales para nuestro organismo, solo que debemos saber cuáles ingerir y en qué momento del día.Existen algunos tipos de grasas que debemos aprender a diferenciar para hacer la mejor elección para nuestra dieta. Existen las saturadas, poliinsaturadas y grasas trans. Debemos alejarnos de los alimentos ultra procesados y optar por aceites naturales o nueces y almendras, que aportan grasas que no afectan negativamente al metabolismo.
- Proteínas: Las proteínas ofrecen la menor cantidad de energía solicitada por el organismo y se encuentra formada por los aminoácidos. Algunas proteínas esenciales son producidas por nuestro cuerpo, y por esta razón, debemos recurrir a fuentes externas para poder incorporarlas en nuestro organismo. Las fuentes más importantes de proteínas se encuentran en los pescados, carnes y vegetales, lo que hace tan esencial que este tipo de alimentos siempre esté presente en nuestras principales comidas.
Existen factores como la edad, el peso, el sexo y la actividad física que influyen en los cálculos de energía necesaria para cada individuo. Por esto, se requiere de supervisión profesional ante cualquier cambio que deseemos dar a nuestra rutina habitual.