Un equipo en el que conviven dos estados de ánimo totalmente opuestos. El Movistar Team está atravesando por una fase de bipolaridad deportiva que llega marcada por el éxito de sus corredoras y el declive de sus corredores.
Si bien es cierto que el conjunto masculino continúa llevándose el reconocimiento mediático de la entidad española, sus integrantes no han demostrado estar al nivel que exige la WorldTour. De hecho, el descenso de categoría está cada vez más próximo para los de Enric Mas, que ocupan el puesto 18 del ranking UCI, a sólo una posición de caer hasta la división de plata. La cara opuesta tiene nombre de mujer: Annemiek Van Vleuten, que acaba de proclamarse campeona del Giro Donne y del Tour de Francia Femmes.
La situación de crisis parece instalada en los chicos de Eusebio Unzué. El trabajo realizado este año sobre la carretera no termina de aportar los resultados que cabría esperar de un club que acumula, entre otras cosas, ocho Tours, cinco Giros y cuatro Vueltas. Las expectativas son siempre altas a partir de esta casilla de salida, pero de ahí a perder la plaza en la máxima categoría hay una gran diferencia.
El aficionado patrio lo sabe y empieza padecer el desencanto. Ni siquiera Alejandro Valverde está teniendo la temporada final que se merece en este último curso como profesional, y es que el corredor murciano debería estar disfrutando de la carretera, no sufriendo en ella por conseguir puntos decisivos que eviten la tragedia del Movistar Team.
Mientras esto sucede, Annemiek Van Vleuten se ocupa de restablecer el equilibrio a golpe de podio. La ciclista neerlandesa, justo después de haber conseguido el tercer Giro de su palmarés hace tan sólo unas semanas, logró ganar hace unas semanas su primer Tour de Francia, aumentando de este modo el número de trofeos que atesora la vitrina de Movistar. Esta racha vencedora es la que está permitiendo al equipo mantener el nivel deportivo que prueba tras prueba se le está escapando al grupo de Eric Mas.
El éxito de Van Vleuten sirve además para que la entidad que dirige Unzué pueda presumir de ser la única en el mundo que se ha llevado las tres grandes carreras en las modalidades masculina y femenina. Con este regalo de por medio, es una verdadera lástima que la campeona tenga pensado retirarse el próximo año. Eso sí, la esperanza también se centra en sus compañeras de asfalto, cuyo papel a medio plazo figura en la lista de apuestas deportivas con mejores cuotas.
La ronda gala supuso para Annemiek el escenario perfecto donde dejar claro que le sobran cualidades para reinar en cualquier competición. Fue sobre todo en las dos etapas finales donde mostró todo el portento físico que alberga, primero en la espectacular fuga que se marcó en el Ballon d’Alsace, y después en el ascenso imparable que protagonizó en la Super Planche des Belles Filles.
Este despunte sobre el resto de corredoras no es nuevo; también lo ha mostrado en las demás carreras importantes que ha ganado a lo largo de esta campaña. El triunfo en este Tour femenino no es un triunfo cualquiera, y es que, en esta edición, después de treinta y tres años, ha vuelto a desplegarse un formato profesional muy parecido al de los hombres. A esto hay que sumar de igual modo un mayor volumen de cobertura mediática y de grandes marcas que están apostando por darle continuidad a la carrera, lo que sin duda ha contribuido a que los méritos de la ciclista holandesa cobren visibilidad.
El panorama contrasta directamente con la poca fortuna que ha venido cosechando Eric Mas en las últimas semanas. El líder de Movistar no sólo tuvo que ausentarse de la prueba francesa después de haber dado positivo en Covid, sino que hasta ese momento ni siquiera figuraba entre los diez primeros clasificados. Al respecto, Eusebio Unzué ya expuso su malestar por los malos resultados obtenidos, cosa que ayuda poco a deshacer la idea que parece estar formándose entre aquellos aficionados que sostienen que Mas no puede encabezar el equipo. Para más inri, el balear aún tiene tres años más de contrato.
El declive en el cuadro masculino arrancó hace tres temporadas, coincidiendo con el boom de la pandemia. Esto trajo consigo la suspensión de la mayoría de las pruebas, por lo que el número de victorias se redujo de forma abrumadora. Ese año, tanto ellos como ellas, sólo pudieron subir a lo más alto del podio en un par de ocasiones. Fue a partir de ese momento cuando empezó a fijarse la diferencia: en 2021 las chicas sellaron veintiuna victorias, mientras que los chicos sólo llegaron a quince. Todo parece indicar que este curso volverá a repetirse la trama, puesto que a día de hoy las de Van Vleuten suman dieciocho y los hombres únicamente diez.