Tal vez sea prematuro decir que el Giro de Italia de Mikel Landa terminó antes de que realmente comenzara, pero el inicio de la carrera para el español ha dejado al líder del Movistar gravemente perjudicado.
Mikel Landa perdió 1:07 ante el ganador de la etapa Primoz Roglic (Jumbo-Visma) y terminó 30 segundos por detrás de la mayoría de los favoritos en la clasificación general.
No parecía particularmente cómodo al inicio de la contrarreloj, ya que parecía tener dificultades en la sección llana de 5,5 kilómetros que conducía a la subida a San Luca.
Sin embargo, Landa no logró impactar en su terreno natural: la empinada subida al Santuario. En una carrera en la que, según el director del equipo, Landa estaba supuestamente en el mejor estado de forma de su vida, esta fue una dura derrota y una gran pérdida de tiempo.
«Día complicado», dijo. «No he empezado como quería. No me he encontrado bien en la parte final; se me ha hecho muy larga. Debería haberlo hecho mejor. En un prólogo pueden suceder cosas así; esto no ha hecho más que empezar, tenemos 20 días para corregirlo. Iremos viendo día a día. Habrá que ser más agresivos e intentar recuperar ese tiempo cualquier día».
En lo que no es un comienzo prometedor, fue notable que el compañero de equipo de Landa, Richard Carapaz, en teoría el ciclista de apoyo para el español, terminara por delante del líder de Movistar. Carapaz, cuarto en la general el año pasado, finalizo en el puesto 14, 47 segundos por detrás de Roglic.
Landa recientemente terminó segundo en la etapa más dura de la Vuelta a Asturias y fue séptimo en Lieja-Bastogne-Lieja. Pero su reciente retiro en Asturias inmediatamente después no fue un buen augurio para el ciclista vasco y sus actuaciones dispares de los últimos 18 meses parecen continuar en el Giro de Italia, al menos por el momento.