Philippe Gilbert (Quick-Step Floors) continuó su notable temporada esta primavera, sumando un cuarto título de Amstel Gold Race a sus palmares este domingo en una edición particularmente emocionante de la primera carrera del tríptico de las Ardenas.
La carrera se enfrentó a muchas críticas por ser predecible, un mero juego de espera hasta el final en el Cauberg, pero Gilbert, que ganó el Tour de Flandes hace dos semanas, formó parte de una escapada decisiva que se formó en el Kruisberg a unos 40 kilómetros.
Michal Kwiatkowski (Team Sky) no estaba en ese grupo inicial de ocho ciclistas, pero el ex campeón del mundo salto a la caza de los escapados y 10 km más tarde junto Gilbert surgieron como los dos más fuertes de la carrera.
El resto de ese grupo cabeza -Michael Albasini (Orica-Scott), Nathan Haas (Dimension Data), Ion Izaguirre (Bahréin-Mérida), José Joaquín Rojas (Movistar) y el compañero de equipo de Kwiatkowski Sergio Henao– carecían de cohesión para capturar a los dos escapados, dejando a Kwiatkowski y Gilbert que jugaran al gato y al ratón en el último kilómetro.
Kwiatkowski forzó a su rival antes de dar una aceleración, pero en el ligero viento en Valkeburg se precipitó, y Gilbert lento pero seguro vino de atrás y consiguió superar de forma contundente para de esta forma celebrar su cuarta victoria de la primavera.
Gilbert se recuperó, como lo ha hecho en el transcurso de esta temporada en QuickStep, donde parece un hombre renacido. El ciclista de 34 años, con libertad para atacar en las clásicas empedradas de Greg Van Avermaet en BMC, disfrutó de un par de semanas estelares en el norte de Bélgica, y está claro que su forma se mantiene en las Ardenas, las carreras que le ha traído tanto éxito a lo largo de los años.
De hecho, esta es sólo su segunda victoria en las Ardenas desde el triplete brillantes en 2011.