Lance Armstrong ha perdido sus siete victorias finales en el Tour de Francia, pero nunca dio positivo durante los controles de dopaje durante todas esas victorias.
En el podcast Club Random de Bill Maher, el estadounidense cuenta cómo nunca se encontró EPO en sus muestras de dopaje. “Tuve que orinar en el vaso, pero mi orina pasó la prueba”, dice Armstrong.
“Eso se debe a que la sustancia que nos dio el mayor beneficio tenía una vida media de cuatro horas”, dice Armstrong, en referencia al fármaco EPO que asegura la producción de glóbulos rojos. La vida media de este tipo de fármacos indica la rapidez con la que una determinada sustancia se descompone en el organismo.
La EPO, el combustible que cambió el ciclismo y otros deportes de resistencia
“Las sustancias como el cannabis o los esteroides tienen una vida media mucho más larga”, afirma el texano de 52 años. “Si fumas un porro, igualmente el resultado es positivo dos semanas después, porque la vida media es mucho más larga. Pero la EPO tiene una vida media de cuatro horas. Esto significa que sale del cuerpo muy rápidamente. La EPO fue el combustible que cambió no sólo la carrera, sino todos los demás deportes de resistencia”.
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Entonces, ¿cómo utilizó Armstrong eso a su favor? “La clave es calcular con esa vida media de cuatro horas. Se trataba de jugar con el sistema. Siempre lo he dicho y lo puedo repetir: me han hecho 500 pruebas y nunca he dado positivo”, afirmó. “Eso no es mentira, es la verdad”.
Un engaño que le costó muy caro a Lance Armstrong
Sin embargo, la verdad salió a la luz en 2012, cuando la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) publicó un informe de más de mil páginas que demostraba el uso sistemático de sustancias prohibidas por parte de Armstrong y su equipo. El informe se basaba en el testimonio de más de una docena de ex compañeros y colaboradores de Armstrong, así como en pruebas científicas y documentales.
Armstrong fue despojado de sus siete títulos del Tour de Francia y de todos sus resultados desde agosto de 1998. También fue suspendido de por vida de cualquier actividad relacionada con el ciclismo. Además, tuvo que afrontar numerosas demandas judiciales y devolver millones de dólares en premios y patrocinios.
En 2013, Armstrong admitió públicamente en una entrevista con Oprah Winfrey que se había dopado durante toda su carrera. Sin embargo, no se mostró arrepentido ni pidió perdón a sus víctimas. “No cambiaría nada”, dijo en 2019. “Fue una época terrible, pero también fue la mejor época”.
