La Milán-San Remo 2019 le sigue sin sonreír al tres veces campeón del Mundo Peter Sagan (Bora-Hansgrohe) al finalizaren la cuarta posición.
El campeón eslovaco mostró una buena condición física en la carrera, logrando mantener el ritmo en la frenética subida al Poggio, pero en el momento del sprint le faltaba algo. Es difícil saber si fueron las piernas o lucidez mental, pero Sagan nuevamente quedo a las puertas de un soñado triunfo en el primer monumento de la temporada.
La Classicissima es en el papel una carrera que se acata al poderoso ciclista eslovaco, pero una vez más desaparece en el momento crucial para disputar la victoria. Obviamente, el hecho de que todos corrieran contra él no ayudó, pero cuando llegó el momento decisivo, fue sorprendido y tuvo que rendirse ante el certero ataque de Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step), que se impuso arrastrando a Oliver Naesen (Ag2r La Mondiale) y Michal Kwiatkowski (Team Sky), los cuales lo dejaron sin un puesto para el en el pódium.
«Hoy me sentí bastante bien, no en mi condición habitual, pero mejor que en las últimas semanas», comenta Sagan. «El final fue como esperaba, con un gran grupo que llegó a los pies del Poggio y luego un ritmo rápido por delante con un algunos ataques. Sabía que tenía que prepararme, así que hice clic y seguí estos ataques. Rompimos el grupo y nos separamos”.
En ese punto, la carrera estaba prácticamente decidida, con un final que parecía ideal para él, pero nuevamente Peter Sagan quedo a las puertas del triunfo.
«Al final fue un sprint reducido”, añade. “Debo decir que salió extraño, muy lento y que la aceleración final se lanzó bastante tarde. Estaba cerrado y cuando encontré el espacio fue demasiado tarde».