Rémi Cavagna (Deceuninck-QuickStep) sigue teniendo momentos de mala suerte, en esta oportunidad cuando lanzaba un ataque a 7 km de meta.
El ciclista francés sufrió una segunda frustración en menos de 24 horas en la París-Niza cuando su ataque en los últimos kilómetros de la etapa 4 sufría un desperfecto mecánico.
Cavagna intentaba recuperarse de la decepción que sufrió en la contrarreloj del día anterior, donde terminó segundo por apenas 0,83 segundos.
En la etapa montañosa del miércoles, buscó atacar a los escaladores y a los contendientes de la general, en la empinada subida final. Sin embargo, a 7 km de la meta, Cavagna desaceleró y perdió el contacto con el campeón de España que estaba en punta de carrera.
De inmediato se hizo evidente que tenía problemas con sus cambios y se detuvo para recibir una mano del vehículo de servicio neutral Shimano, pero en ese momento, el pelotón estaba rebasándolo.
“No me sentí tan mal, estaba en el grupo de favoritos antes de la última subida, y dije ‘vamos, tengo que adelantarme ahora’, porque a rueda sería un poco difícil hacer cualquier cosa. Lo intenté, pero tuve un problema mecánico justo antes de la parte realmente empinada”, dijo.
“Creo que la batería se agotó, no lo sé, porque ya no podía hacer cambios. Estaba atascado en un piñón grande y es difícil escalar así”.
En cualquier caso, el corredor de 25 años no estaba demasiado abatido, lo que sugiere que las probabilidades de que logre una victoria contra corredores como el eventual ganador Primož Roglič (Jumbo-Visma) eran escasas.
“Lo intenté, pero así es el ciclismo. La suerte no estuvo de mi lado hoy, pero demostré que las piernas están ahí”, dijo.
“La contrarreloj fue mi primer gran objetivo de la temporada y estuve allí, incluso en un recorrido complicado. Hoy tuve mala suerte, y lástima, pero estoy contento con cómo va mi carrera”.
París-Niza continúa el jueves con una etapa llana a Bollène antes de que tres etapas más montañosas lleven a la conclusión de la carrera.
“Tenemos una buena etapa para nuestro velocista Sam [Bennett]”, dijo Cavagna, “y por qué no arriesgarme en una de estas etapas más montañosas y tal vez llegar hasta el final”.