La ciclista italiana Elena Pirrone completó un doblete en los Campeonatos del Mundo ganando la carrera en línea junior femenina para añadir otra medalla de oro después de la ganada en la contrarreloj individual a principios de semana.
La italiana de 18 años consiguió el triunfo en solitario con un tiempo de 2 horas, 6 minutos y 17 segundos. Emma Norsgaard Jorgensen (Dinamarca) ocupo el segundo lugar, cruzando la línea de meta con un grupo de 13 ciclistas que carecía de colaboración y fuerza para capturar a Pirrone en los últimos kilómetros, mientras que Letizia Paternoster ganó la medalla de bronce para hacer una carrera casi perfecta para Italia.
La ruta de 76.4km de la carrera de ruta Junior femenina se basó en cuatro vueltas de un circuito de 19.1km en Bergen, con la subida de Salmon Hill – 1.4km con un gradiente medio del 6.5% – en la parte media del recorrido.
Norsgaard Jorgensen disfrutó de un tiempo en fuga en la primera vuelta, y el grupo comenzó a descontar tiempo, pero fue en la tercera vuelta donde se realizaron los movimientos que definieron la carrera.
La australiana Madeleine Fasnacht se mantuvo activa despues de varios ataques, pero cayó en el descenso, mientras que Pirrone hizo todo lo contrario. Con dos compañeras de equipo en lo que era un grupo perseguidor de 16 ciclistas, era la situación perfecta para los italianos, Pirrone realizo un ataque con una ventaja de 15 segundos y lo mantuvo mientras escuchaba la campana para la vuelta final.
En el primer grupo de persecución se conformaba por: Letizia Paternoster, Nicole D’Agostini (Italia), Sophie Wright, Pfeiffer Georgi (Gran Bretaña), Alena Petchenko, Maria Novolodskaya (Rusia), Madeleine Fasnacht (Australia), Hannah Ludwig -Sophie Harsch (Luxemburgo), Simone Boilard (Canadá), Olha Kulynych (Ucrania), Evita Muzic, Jade Wiel, Clara Copponi (Francia), Caroline Bohe, Emma Norsgaard Jorgensen (Dinamarca).
La diferencia era de solo 12 segundos en un punto, pero en el ascenso final creció a 40 segundos mientras el grupo perseguidor no se ponía de acuerdo. Ludwig agitó la mano sarcásticamente y tenía razón: se estaban despidiendo de Pirrone y la medalla de oro.