Tom Dumoulin extendió una mano a Nairo Quintana después mientras se preparaban para calentar en los rodillos una vez terminada la etapa 18 del Giro.
Dumoulin estaba enojado porque Quintana y Vincenzo Nibali habían formado un pacto para tratar de impedirle ganar el Giro de Italia. Después de perseguirlos en el Passo Gardena, el entonces respondió a los breves ataques de Quintana en la última subida Pontives cerca de la meta. Cuando Nibali y Quintana se negaron a ayudarle a perseguir a Thibaut Pinot, Domenico Pozzovivo e Ilnur Zakarin, los dejó irse; perdiendo segundos preciosos y así convertirse en una amenaza para los lugares del podio.
“Ellos sólo se centran en mí y tratan de hacerme perder en lugar en vez de tratar de ganar», dijo Dumoulin a Eurosport. «Perdieron mucho tiempo con los otros competidores. Realmente espero que si siguen corriendo así pierdan su podio en Milán, eso sería muy agradable y estaría muy feliz».
Con las etapas de montaña a Piancavallo y Asiago y luego la crono en Milán, Dumoulin sigue superando a Quintana con sólo 31 segundos, a Nibali tercero a 1:12. Pinot subió mucho más cerca del podio y es cuarto a 1:36, con Zakarin también más cerca en quinto a 1:58.
Nibali no tuvo ningún reparo en responder palabra por palabra a la notable agresión verbal de Dumoulin a través de la televisión italiana. Quintana tomó el punto medio y se quedó callado, quizás con la esperanza de sacar provecho del claro nerviosismo de Dumoulin y de la guerra verbal con Nibali.
«Él nos estaba diciendo que cerraramos la brecha a los otros ciclistas que estaban atacando. Él no quería que tomaran demasiado tiempo, pero le dejamos la responsabilidad, aunque al final de la día nos tomaron tiempo», explicó Quintana en el área de la zona mixta.
«Cada ciclista juega sus propias cartas, y cada uno es responsable de sus tácticas, hicimos lo que pudimos, como esperábamos. Claro, queríamos ganar más tiempo, pero Dumoulin respondió bien. Fue muy rápido todo el día”.
«Fue una etapa muy difícil, cada equipo jugó sus cartas y así se dio la etapa, hicimos nuestra estrategia, y funcionó bien, pero Dumoulin también respondió muy fuerte, al final, no pudimos recuperarnos en ningún momento. Hemos intentado, al menos, pero está demostrando que es muy fuerte.”
Quintana sabe que la subida abrupta del viernes 15.4km hasta el final en Piancavallo es posiblemente su última oportunidad de ganar tiempo al poderoso holandés. Quintana no ha demostrado su verdadera proeza de escalada desde que ganó la etapa 9 en el Blockhaus. Espera por lo menos bajar algo de la brecha de 31 segundos con Dumoulin. Se enfrenta a la desventaja de la prueba final de 29.3km, pero ganar tiempo suficiente para comenzar el tiempo con la camiseta rosa del líder sería fantástico para su moral:
«Sabemos que tenemos que atacar de nuevo y Piancavallo es otra oportunidad», dijo. «El peso de la carrera está comenzando a sentirse para todos, Dumoulin está mostrando que es fuerte, e incluso nos atacó».
«Ahora vamos a intentar subir a Pinacavallo, estudiaremos una estrategia con el equipo, sólo podemos esperar que le hayamos cansado un poco y lo haremos».